La Gran Guerra los orilló a dar una parte de sí mismos; Adelmo Cantelli se las ingenia para que su complexión no sea un impedimento para ayudar en el frente, contrario a Giovanni Mizzoli que está dispuesto a sacrificar su cordura para alejarse del campo de batalla. Mientras, Marie-Louise teme comprobar los rumores sobre los Vaché, y los innovadores en tecnología esperan descubrir el arma definitiva para vencer al enemigo. Todos desean concluir la interminable batalla y poner fin a los horrores que derivaron de ella, pero ésta ha quedado impregnada en sus actos, en sus mentes, en su vida y en sus historias.