Walter Benjamin comparó las revoluciones con la fisión nuclear: un estallido capaz de liberar y multiplicar las energías contenidas en el pasado. Se trata de erupciones colectivas que destruyen el orden establecido y abren nuevos horizontes de expectativa. Son rupturas dramáticas en el continuo de la historia, pero también fábricas de utopías. En la narrativa sobre las revoluciones, la comprensión crítica ha sido desplazada demasiado a menudo por el entusiasmo ingenuo, la apología ciega, el juicio moral o la estigmatización ideológica. Enzo Traverso se aleja de estas trampas para la interpretación histórica y propone rehabilitar el concepto de revolución como una clave para entender nuestra modernidad global.