¿A qué estrella debemos el conocimiento de que la Tierra gira sobre su propio eje? ¿Por qué la luminosidad de algunos astros varía y cuál es su relación con el descubrimiento del tamaño del cosmos? ¿Qué pueden enseñarnos los cuerpos celestes que todavía no han nacido? Los cien capítulos que entretejen este libro nos permiten entender y admirar el firmamento, además de conocer a quienes hicieron posible su estudio, desde personalidades como Isaac Newton o James Bradley hasta astrónomas que casi nadie recuerda, como Dorrit Hoffleit, Henrietta Swan Leavitt o Cecilia Payne, a las que les debemos hallazgos tan importantes como el número de estrellas visibles en la bóveda celeste, el cálculo de las distancias en el universo y los principales componentes de las estrellas.