Existe una comunión de bajos fondos, conectados entre sí como una trama diabólica sobre la que se dibujan amores y ciudades, puentes levadizos y malentendidos. De los bajos fondos de Buenos Aires a Barcelona o a los suburbios de Nueva York, Luisa Valenzuela construye un mundo en el cual buscarse es concebirse como una realidad oculta que sólo se revela al ser nombrada.