Los antecedentes más directos de este libro son Dirección única de Walter Benjamin y Minima moralia de Theodor Adorno. Este describía los fragmentos de aquel como «imágenes de pensamiento». A caballo entre la filosofía y la literatura, las obsesiones de Fabio Durão, como las de cualquiera, se cuentan con los dedos de una mano: el capitalismo, el arte, la política y la academia. Para el lector hispanohablante, el Brasil de Durão tiende a convertirse en la sinécdoque de toda Latinoamérica. Esta tendencia a la identificación justifica, de hecho, la presente traducción al español: la gran preocupación del autor, que une como un largo hilo toda esta colcha de fragmentos, es la misma que ha rondado como una idea fija el pensamiento americano desde su origen hasta hoy: la necesidad de la utopía.