Sobre Oswaldo Guayasamín se ha escrito mucho: creador de un estilo a todas luces reconocible y autor de aclamados retratos de pueblos y personajes de la historia de América Latina, se trata de uno de los pintores más internacionales del Ecuador. Por eso, una nueva publicación acerca de su obra necesitaba un enfoque distinto. «Hay que sentir la obra de arte, en las vísceras de cada uno, de la misma forma que nació del artista que la produjo», escribe, lúcido, Raúl Vallejo, en las páginas de este libro, en el que pone en práctica esa sentencia al aproximarse al arte de Guayasamín en este texto transgenérico.