Además del dominio del lenguaje coloquial, Albalucía Ángel, expresa con sapiencia su conocimiento de las estructuras narrativas. Diferentes voces recorren la geografía nacional, desde San Andrés hasta el Chocó, desde Popayán hasta la zona cafetera, mostrándonos un país exuberante, desconocido, alegre y a veces despiadado y violento. Cuentos como La niña de Praga, El guerrillero, La doctora Lyuba y Por la vereda tropical, conforman una magnífica antología. Un libro exuberante de la autora de Estaba la pájara pinta sentada en el verde limón. Albalucía Ángel presenta los refranes en su obra con un estilo propio, siempre con tono jocoso, los trae de manera fragmentada, a la usanza de las formas coloquiales en las diferentes subculturas, como una contravención al canon burgués. Utiliza también gran profusión de dichos o modismos, que se han desarrollado en la cultura como reacción al lenguaje oficial.