En cincuenta poemas, Jorge Urrutia nos lleva a estimar de cerca al pastor-poeta, poeta-pastor, perito en poemas, poeta amoroso herido, rebelde, combatiente animoso, combatiente cansado, prisionero, condenado a muerte (aunque se le conmutó la condena por cadena perpetua), poeta personal del dolor interiorizado sin perder la esperanza. En la poesía de Miguel Hernández, en ese decir lo indecible, en ese logro verbal del sentimiento que pensamos inefable, está el poeta que leemos para encontrarnos, como él, combatientes en el frente del misterio más hondo de la vida. Esta antología incluye el poema manuscrito “Eterna sombra”, que escribió Miguel Hernández en la cárcel.