Memoria de un niño es una deliciosa evocación de los ambientes, personajes y episodios que rodearon los primeros años de la vida de Amado, transcurridos en las plantaciones de cacao y en poblaciones que , instaladas al borde de la exuberante vegetación tropical albergaban la pintoresca humanidad que, andando en el tiempo, habría de ser elemento característico de sus obras.