Simón es un niño como todos, pero más tímido. Esta cualidad lo mete en muchos líos, pues siempre que alguien le pide algo “por favor”, sin importar qué tan extraño sea el encargo, nunca puede decir que no. Cuando en su escuela se dan cuenta de esto, sus problemas se convierten en pesadillas. Todos empiezan a pedirle favores, incluso los profesores y la gente de la ciudad, así que pronto se encuentra haciendo cosas tan peligrosas como extraordinarias. Pero nada tan peligroso como enfrentarse a Rudolfo y su pandilla. Cuando ese día llega, Simón tiene que pronunciar la palabra correcta: ¡NO!