El área geográfica que se revisa en este segundo volumen corresponde a la expansión del primer imperio colonial francés a partir del siglo XVI. Francia marcó su presencia en América de dos formas: con asentamientos de colonos franceses en América del Norte, quienes conservaron su herencia cultural; y con un puñado de propietarios de plantaciones agrícolas explotadas con mano de obra esclava traída de África. El producto literario de este fenómeno, también lingüístico, se revisa en este tomo.