Los planetas eran considerados “estrellas errantes” por los antiguos astrónomos, ya que al observar el firmamento de noche, estos objetos celestes eran los únicos, entre una gran variedad de estrellas fijas, descubriendo y estudiando nuevos objetos: lunas, asteroides, cometas y planetas enanos. Esta obra relata cómo, desde aquellos tiempos (hace más de 5.000 años, en Mesopotamia) hasta el gran avance del conocimiento que significó la era espacial de la segunda mitad del siglo XX, el hombre ha tenido fascinación por los astros que conforman el sistema solar -del cual forma parte nuestro planeta Tierra- y hace una breve descripción de cada uno de ellos con la información más actualizada sobre el tema.