Los estudios de género suelen centrarse en las mujeres y, como consecuencia, han dejado invisibles a los hombres. Este ensayo revela su protagonismo. El autor estudia la pluralidad de los hombres y la construcción de la masculinidad, sus tensiones e incertidumbres en las novelas latinoamericanas escritas entre 1920 y 1980, algunas canónicas, otras experimentales.