«Este es un libro sobre la fragilidad, sobre los nukak, el último pueblo nómada que resiste a dejar de ser-en-la-selva. Es también un gran viaje de su autora, Mariela Zuluaga, poeta, escritora y periodista nacida en Villavicencio. Nos entrega un testimonio de un pueblo, de una gente que camina —de sus devenires, de sus luchas, de su soledad, de su desarraigo, de su supervivencia. »Los nukak no son un pueblo indígena; nunca se asentaron ni pensaron en construir civilizaciones porque su misión es simplemente estar ahí, en los montes: «están ahí sólo para que ellos y sus hijos y los hijos de sus hijos los caminen, coman las pepas de sus palmas y cacen sus micos». Su vida es una vida que circula entre espíritus de la selva y las pruebas que los blancos les hacen pasar hasta forzarlos casi a la extinción. Por eso el texto de Mariela tiene por momentos el tono de una elegía, una fantástica y dolorosa elegía de la selva, pero es también un llamado de humanidad, como un nuevo género que reinventa la autora al situarse en los márgenes del relato y la crónica».