Autobiografía, testimonio, reminiscencia y retrato hablado, son varios los recursos que confluyen en la voz de un atento narrador que revisa sus orígenes en un pueblo de Boyacá, donde se enfrenta al rigor de la escuela y vive de cerca las aventuras de sus hermanos mayores. Las travesuras de infancia, el primer amor y los afanes de la juventud, el sentimiento de rebelión y el hallazgo de una vocación en Bogotá, marcarán la vida de un clan que condensa los deseos y aspiraciones de una nación. Entreverados con las vicisitudes familiares, por las páginas de esta novela desfilan hechos de la historia de Colombia como la toma de la embajada dominicana en 1980, el secuestro de Álvaro Gómez, el delirio de los Prisco en su calle de Aranjuez en Medellín, el asesinato de Guillermo Cano y la locura de las bombas de Pablo Escobar. Y también se nos presenta a escritores como Germán Espinosa y José Saramago. En un viaje de ida y vuelta al pasado, Hernán Estupiñán nos deja ver que la única insurrección que vale la pena es la del espíritu. Hernán Estupiñán nos lleva de la mano al jardín de la infancia y nos hace recorrer el camino de vuelta hasta el presente con vivacidad y un profundo sentido de lo humano. En medio de todo ello, su olfato periodístico y su pluma grácil nos revelan los principales acontecimientos de la Colombia de los últimos cincuenta años.