Existen pocos libros en la literatura mexicana con la mordacidad y la elocuencia de Bestiario. En cada una de sus viñetas de efecto lapidario, en los trazos de su estilo, en los vuelos de su ingenio y en la oportuna agudeza de su erudición aparece el narrador impecable que fue Juan José Arreola (1918-2001). Sus páginas conjugan su pasión por el ensayo breve y el poema en prosa. Sus imágenes no son menos evocadoras que las del célebre Manual de zoología fantástica de Jorge Luis Borges, ni menos naturalistas que los fabulosos inventarios que se han creado en torno al reino animal.