Julio César tiene la idea de construir una urbanización de lujo junto a la aldea gala donde vive Astérix, con la intención de que la aldea acabe sucumbiendo a la atracción de la modernidad romana y abandone su lucha contra los romanos. Para desgracia de los inquilinos de la Residencia de los Dioses, una insulae (finca de varios pisos donde se alojaban ciudadanos de clase media en la Antigua Roma, construida con materiales baratos), Asurancetúrix se muda a uno de los pisos, provocando el descontento y numerosas quejas.