De esta grieta brota una voz que entona una lengua de otro tiempo, una lengua al borde de, una lengua que persiste como morada ante el inevitable derrumbe. Por boca de la abuela se nos confiere un secreto: no todo es del olvido, nos quedan estos poemas que nos devuelven al olor perdido de las bengalas y del mar. Federico Díaz-Granados honra en este libro las palabras que una vez nos dijeron y no supimos escuchar; las restituye, las ilumina.