Talia decide darle su amor y cuidados a un perro moribundo que encuentra en la calle. Después de que el perro se recupera y se ve rodeado de cariño, se revela una de sus cualidades: al oír ciertos ritmos musicales, el perro canta. Al saberse esta noticia, su antiguo dueño intenta recuperarlo y así se precipitan varias amenazas sobre Talia.