Dicen que bajo tierra solo habitan los bichos, los animales rastreros, las alimañas y un sinnúmero de raras criaturas que desconocemos a la luz del día. Lo espeluznante y el horror se mimetizan en la oscuridad de lo profundo, en la hondura de lo subterráneo. Aun así, no es extraño suponer que, una de estas bestezuelas que suelen habitar las tinieblas, sea furtiva para nosotros. En realidad su sombra es nuestra sombra y su contorno es nuestro contorno. Ese monstruo subterráneo es como la psique que lo conforma; hablamos, por supuesto, del ser humano.