De un refinado humor, discreta, solidaria, tierna, cómplice, Tita de Cepeda nos invita a su mundo y nos habla siempre de la vida, tal como la define el poeta Aurelio Arturo, «los días que uno tras otro son la vida». Nos cuenta de la gente que se cruzó en el camino, de los libros que la marcaron, de su forma de ver el arte, de los lugares que visitó, las películas que la conmovieron, de su defensa del medio ambiente y de esa época compartida con los miembros del famoso Grupo de Barranquilla. Cuando se habla de ese núcleo de artistas y escritores raras veces se menciona a las mujeres, pero las cosas han cambiado en los últimos años. Tita de Cepeda formaba parte de esa banda de jóvenes que darían un vuelco —con sus actos de creación constante—, al arte y la literatura de Colombia. Ella es el lazo entre Meira Delmar, Cecilia Porras, Freda Sargent y Marvel Moreno. Su vida y su obra de humanista y periodista está entrelazada con la poesía, el arte, el pensamiento y la literatura representado por estas mujeres y por aquellos amigos del alma: Gabriel García Márquez, Alfonso Fuenmayor, Germán Vargas, Juan B. Fernández, Alejandro Obregón, Luis Vicens, Alfredo Delgado, Julio Mario Santo Domingo y por supuesto Álvaro Cepeda Samudio. También la oirán conversando con Gabriel García Márquez y Fidel Castro y la verán en primera fila de charlas de mujeres poderosas como Isabella Rossellini, Laura Restrepo, Doris Salcedo o la nigeriana Chimandana Ngozi Adichie.
