Lincoln se había mudado de un barrio urbano, de San Francisco, a Sycamore, un suburbio con calles arboladas. Al principio a Lincoln le gustó la tranquilidad del nuevo vecindario, pero ahora lo veía de otra manera. Extrañaba su vieja escuela y el murak donde aparecían muchachos morenos, negros y amarillos abrazándose en actitud amistosa, y extrañaba a sus amigos.