Se dice que hay un precio que cada pasajero debe pagar. Un precio más allá del coste de un billete. A finales del siglo XIX, el mundo está repleto de maravillas. Pero no hay nada tan sorprendente como los Baldíos: un terreno de milagros terribles que se extiende entre Pekín y Moscú. Nada atraviesa esas tierras salvajes y abandonadas excepto el Expreso Transiberiano: un tren impenetrable construido para llevar cargamento a través de los continentes, pero que ahora transporta a cualquiera que se atreva a cruzar los tenebrosos Baldíos. En el andén se encuentran un curioso elenco de personajes: una mujer de luto con un nombre prestado, una niña famosa nacida en el tren y un naturalista caído en desgracia, todos ellos con destino a la Gran Exposición de Moscú.