Lo único que nadie menciona nunca dentro de la Escolomancia es lo que hará cuando salga. Ni siquiera el alumno de enclave más rico tentaría al destino de esa forma. Pero no soñamos con nada más que con la exigua posibilidad de cruzar las puertas y toparnos, contra todo pronóstico, con una vida por delante, una vida alejada de los pasillos de la Escolomancia.